Homosexualidad para tont@s


De un tiempo para acá, gracias a los dioses, y diosas; se ha venido incorporando la discusión de los matrimonios homosexuales en las diferentes asambleas o congresos institucionales de diferentes países del mundo, tanto así que ya en Argentina, y ciudad de Méjico es posible contraer matrimonio de forma legal entre parejas del mismo sexo. Esto no es un hecho que haya pasado por debajo de la mesa, estamos hablando de romper paradigmas familiares, religiosos, falsas morales y todo lo que eso conlleva por considerar la homosexualidad como algo “antinatural”, “enfermo” y “anormal”. En todo caso, las personas que llegan a considerar que hay que dejarles vivir su vida también dicen: ¿Cuál es la necesidad de casarse? ¡Vivan junt@s y listo!
La cultura, hija legítima de la historia y su construcción social, obedece sin lugar a dudas a la reproducción de un imaginario una y otra vez, conceptualizándose así lo normal, como algo que es común y repetido. En mi país, nadie se sorprende de las cifras de muertes violentas que revelan los fines de semanas, porque estamos ya acostumbrados/as a verlas, ¿es normal que mueran tantas personas en manos de un hampa incontrolable? No. Pero es un hecho repetido, una y otra vez, por lo que ya no damos un brinco al leer el periódico, simplemente nos limitamos a pasar la página en busca de una información nueva: nos hemos acostumbrado, ya es normal para nosotros/as. Esto quiero decir, que “normal” es un adjetivo que no ha de ser empleado para categorizar algo como lo es la homosexualidad, se vuelve demasiado relativo a los contextos del que se esté hablando o tratando de abordar. Bien, lejos que explicar aquí la anatomía y fisiología del sexo, hombre o mujer, y la gran diferencia que existe con el género, femenino y masculino, me gustaría hablar de la naturalidad (entiéndase: netamente biológico) dudosa según algunos, que tiene la homosexualidad, y para ello, no hace falta más que comentar aquí los descubrimientos científicos que han demostrado estudios en diferentes especies animales (lagartos, pingüinos, monos, gansos, etc.) que mantienen relaciones sexuales con parejas del mismo sexo, rompiendo finalmente la falsa moral que nos inculcan religiosamente desde corta edad: que el sexo fue creado por/para la reproducción, pero más importante aún, quiebra en mil pedazos la premisa homofóbica de que la homosexualidad no es natural porque ni siquiera existe en los animales. Ahora, que se ha demostrado que no es así, y ha tenido pertinencia histórica que se publiquen artículos de carácter científico con ese tema (evidentemente no se trata de que la homosexualidad es nueva en el mundo, lo que es nuevo, es que la ciencia animal hable de ello) la premisa es otra cuando el tema surge en las conversaciones cotidianas: La homosexualidad es una conducta animal, no humana, los/las homosexuales son animales. Aquí, solo puedo decir que es natural el rechazo a esta sexualidad, cuando desde el momento que nacemos la sociedad, cultura, costumbre cierra nuestras mentes herméticamente mientras vamos creciendo, ¿Qué otro resultado podría tener ese hecho? Envío mis reales saludos a los/las que escapamos de semejante fundamentalismo, que, demás está decir, raya en lo ridículo.
Por otra parte, dudo que los/las homosexuales quieran contraer matrimonio de forma legal por el peculiar ritual lleno de ornamentos culturales y todo lo que eso trae consigo, más bien luchan por derechos institucionales, políticos y de ciudadanía que todos y todas hemos de tener. Alguna vez han pensado porque fue necesario en su momento, separar lo que es el matrimonio religioso del civil, pues evidentemente por las mismas razones: existe un patrimonio, unos bienes y sobre todo unos derechos que no pueden negarse entre parejas. Imaginen una pareja homosexual que lleva la mitad de sus vidas en una concubina (no reconocida legalmente puesto que es una pareja homosexual), si uno de ellos cae enfermo de gravedad, las políticas hospitalarias de permisos restringidos únicamente a familiares no le permitiría a su pareja ver a la persona que ama en su lecho de muerte, si muere, no tendría derecho a ninguno de los bienes de la persona con la que ha compartido la mitad de su vida, estos pasarían a ser del estado o en todo caso a sus familiares más cercanos (imaginen que esos familiares nunca volvieron a hablarle por su sexualidad), entonces estamos transcendiendo una hipocresía social eminente, en donde no podemos simplemente asumir que legalizar los matrimonios homosexuales es una tontería, es una necesidad social rodeada de un marco legal que ampare los derechos de pareja, incluido aquí, la adopción de hijos/as, y aquí no hay nada más impresionante que la doble moral patética que muestran ciertos países que permiten los matrimonios homosexuales pero no la adopción de niños/as por parte de la pareja, es negar un derecho de forma cínica, sin respeto alguno al deseo de construir una familia. La lucha continua.

Comentarios

  1. Excelente blog, excelente articulo!!!!

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  2. Muy buen artículo Karina. Que pasa con el,lesbianismo en las mujeres drusas?

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  3. Buen articulo y blog, me alegra que se pueda hablar de estos temas en todas las comunidades con tanta normalidad.

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