Estas palabras las quiero dirigir a ti. Tu que eres Drusa, tu que eres Musulmana, viviendo en Venezuela, en España o en Argentina, en cualquier país de occidente: No estás sola amiga. No se donde estas hermana, tampoco se como te llamas ni que edad tienes. Pero tengo por seguro que estás en tu cuarto, que siempre debe tener la puerta abierta porque no tienes derecho a tu privacidad. Se que ahí, en ese rincón del mundo buscas en tu teléfono, o en tu computadora algo, un pedazo de luz, un pedazo de aliento que te diga que no estás loca. Tu frustración no es gratis, que tus hermanos si tienen derecho a vivir y tu no. Que las experiencias de la vida, para ti son ajenas porque hay que cuidar de tu virtud. Que estas pagando un costo alto por llevar el honor y las costumbres de tu familia en los hombros. También se, hermana, que te debates entre el amor y la rabia que sientes, que lloras en las noches. Que no encuentras alivio en la rabia, ni en el odio que crees tener...
Somos racistas? Es muy dificil ser una mujer arabe y feminista (estoy mintiendo, es muy facil porque te das cuenta muy rapido del impacto que tiene en tu vida haber nacido mujer). Pero es muy difícil en el mundo contemporáneo hablar de las opresiones que viven las mujeres árabes druzas o musulmanas, cuando hay toda una maquinaria política moviéndose a toda costa -y por encima de nosotras- a favor de las inclusiones, y todo eso de las minorías. “ Freedom of religion ” es el bastión más importante de la democracia más larga de la historia de la humanidad. Pero las mujeres estamos pagando un costo, y como se trata de nosotras, a nadie le parece importar. Imaginense lo perverso que es el patriarcado, que en occidente las mujeres están defendiendo el velo islamico. Nadie habla de cómo los hombres musulmanes migran a occidente a disfrutar de las bonanzas que ofrecemos, pero las mujeres en casa viven tal cual vivieran en países fundamentalistas. No salen en las noticias los casos d...