Estas palabras las quiero dirigir a ti. Tu que eres Drusa, tu que eres Musulmana, viviendo en Venezuela, en España o en Argentina, en cualquier país de occidente: No estás sola amiga. No se donde estas hermana, tampoco se como te llamas ni que edad tienes. Pero tengo por seguro que estás en tu cuarto, que siempre debe tener la puerta abierta porque no tienes derecho a tu privacidad. Se que ahí, en ese rincón del mundo buscas en tu teléfono, o en tu computadora algo, un pedazo de luz, un pedazo de aliento que te diga que no estás loca. Tu frustración no es gratis, que tus hermanos si tienen derecho a vivir y tu no. Que las experiencias de la vida, para ti son ajenas porque hay que cuidar de tu virtud. Que estas pagando un costo alto por llevar el honor y las costumbres de tu familia en los hombros. También se, hermana, que te debates entre el amor y la rabia que sientes, que lloras en las noches. Que no encuentras alivio en la rabia, ni en el odio que crees tener...